El chimpancé Yoko ha comenzado una nueva etapa en el santuario Sorocaba , en São Paulo, Brasil , luego de haber pasado años en cautiverio en el bioparque Ukumarí de Pereira, Colombia. Su llegada marca el fin de un proceso de traslado que tomó más de un año y en el que participaron diversas entidades nacionales e internacionales. En su nuevo hogar, el homínido compartirá espacio con 50 chimpancés que, al igual que él, fueron víctimas del tráfico ilegal de fauna.
Las primeras imágenes de Yoko en el santuario fueron difundidas por la senadora Andrea Padilla, quien lideró la iniciativa de su traslado. En un video publicado en la red social X, se observa al primate explorando su entorno con cautela . “¡Es asombroso! Se animó a salir del recinto a pocas horas de haber llegado. Nos dicen primatólogos que esta es una buena señal”, escribió la congresista, destacando la rápida adaptación del animal.
La historia de Yoko es un reflejo del sufrimiento que padecen los animales víctimas del comercio ilegal. Capturado cuando era solo un bebé, fue vendido a un narcotraficante colombiano, quien lo tuvo como símbolo de estatus en su residencia privada. Allí, el chimpancé adquirió comportamientos humanos como “fumar, montar en moto y ver televisión”. Sin embargo, tras la muerte de su dueño, su destino cambió drásticamente.
Fue trasladado a un circo, donde sufrió maltratos constantes y, posteriormente, rescatado en la frontera con Venezuela, en deplorables condiciones dentro de un contenedor. Tras una primera recuperación en un hogar de fauna en Cali, en 2018 fue reubicado en Ukumarí, donde permaneció hasta ahora. Su vida en el bioparque dio un giro cuando, en julio de 2023, sus dos compañeros chimpancés fueron sacrificados tras escapar del lugar debido a un error humano. Desde entonces, Yoko quedó completamente solo.
La operación para su traslado a Brasil, denominada “Arca de Noé”, contó con la colaboración de la Corporación Autónoma de Risaralda (Carder), la Dirección General Marítima, el Ministerio de Ambiente, la DIAN y la Policía de Aduanas, entre otras entidades. El santuario Sorocaba, gestionado por el Proyecto Gran Simio, se ofreció a recibirlo y garantizarle una vida digna en compañía de otros primates. “Él mismo decidirá su ritmo de acercamiento a la manada y de adentramiento al santuario. Los expertos cuidarán sus pasos” , aseguró Padilla.
El traslado de Yoko representa un logro en la lucha contra la crueldad animal y abre la puerta a nuevas oportunidades de rescate y reintegración para otros animales en cautiverio. Desde Brasil, la senadora prometió seguir informando sobre la evolución del chimpancé en su nuevo hogar. “Yoko está descubriendo la libertad y la vida en comunidad. Todo irá bien”, concluyó.
