Bombardero ruso Tu-22M3, uno de los pilares de la aviación estratégica del Kremlin, habría sido derribado por un dron ucraniano, según afirmó el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Syrskyi. Aunque no se han divulgado imágenes, ni se ha precisado el lugar o la fecha del hecho, la declaración, respaldada por el Ministerio de Defensa ucraniano en la red social X, ha generado gran revuelo en la comunidad internacional.
En sus palabras, Syrskyi aseguró que “justo cuando aterrizaba, fue alcanzado por nuestro dron”, una afirmación que apunta a un ataque quirúrgico de alta precisión contra una de las joyas más costosas y letales de la flota aérea rusa.
Un blanco de alto valor: el legendario Tu-22M3
Este no es un avión cualquiera. El Tupolev Tu-22M3, valorado en más de 100 millones de dólares, es un bombardero supersónico que ha servido como columna vertebral de la fuerza aérea rusa desde la Guerra Fría. Con una velocidad máxima de Mach 2.05 y un alcance superior a los 6.800 kilómetros, este aparato ha sido crucial para el lanzamiento de misiles de crucero Kh-22 y Kh-32, especialmente desde zonas fuera del alcance de las defensas aéreas ucranianas.
Durante la actual guerra en Ucrania, el Tu-22M3 ha sido utilizado para atacar ciudades como Mariúpol y Kiev desde el espacio aéreo de Bielorrusia, convirtiéndose en un símbolo del poder aéreo del Kremlin y, al mismo tiempo, en un objetivo prioritario para las fuerzas ucranianas.
Una operación sin confirmar pero con precedentes
Aunque el Ministerio de Defensa ruso no ha confirmado el derribo y los canales de inteligencia OSINT (fuentes abiertas) tampoco han reportado un ataque de esa magnitud en los últimos días, la afirmación ucraniana no es del todo aislada. En 2023 y 2024, drones de Kiev habrían impactado bombarderos similares en bases aéreas como Soltsy-2 y Olenya.
Asimismo, se recuerda que sistemas de defensa aérea soviéticos S-200 ya han logrado en ocasiones anteriores derribar aparatos a cientos de kilómetros de la frontera, lo que indica que la posibilidad de un ataque certero sobre un Tu-22M3 no es del todo improbable.
Por otro lado, el pasado 2 de abril, autoridades rusas reportaron un accidente de un Tu-22M3 en Irkutsk (Siberia), atribuido a un fallo técnico. No se ha vinculado ese incidente a las declaraciones de Ucrania, ya que Irkutsk se encuentra a más de 4.000 kilómetros de la frontera, muy fuera del rango operativo de los drones ucranianos conocidos.
¿Un golpe simbólico a la aviación estratégica rusa?
Más allá de los detalles técnicos, el hecho de que se haya reivindicado el derribo de un Tu-22M3 tiene un peso simbólico enorme. Este bombardero, creado a finales de los años 80, fue diseñado para cazar portaaviones estadounidenses y ha sido modernizado en varias ocasiones. Su versión más avanzada, el Tu-22M3M, incorpora inteligencia artificial, radares de última generación y sistemas de navegación sofisticados.
Desde una perspectiva estratégica, esta posible pérdida reflejaría la creciente vulnerabilidad de la aviación de largo alcance rusa frente a la adaptabilidad del ejército ucraniano, que sigue innovando en el uso de drones como arma de disuasión.
Mientras tanto, Moscú mantiene silencio. Y en ese silencio, se abren más preguntas que respuestas. ¿Estamos ante una nueva fase del conflicto donde incluso los gigantes del aire pueden caer por sorpresa?