El fallecido exalcalde de Bucaramanga y excandidato presidencial de Colombia, Rodolfo Hernández Suárez, vuelve a ser noticia. A solo cuatro meses de su fallecimiento, su mausoleo, ubicado en el cementerio Parque Memorial Tierrasanta, fue víctima de vandalismo, ya que la placa con el epitafio que adornaba su tumba fue robada.
El suceso, que quedó registrado en las cámaras de seguridad del cementerio, ha generado indignación en redes sociales.
El epitafio de Rodolfo Hernández: una frase que marcó su vida
El mensaje que acompañaba la tumba del ingeniero y líder del partido Liga de Gobernantes Anticorrupción reflejaba su estilo directo y su visión sobre la vida y la muerte. En el epitafio se leía:
«Aquí yace Rodolfo Hernández, quien persiguiendo el trabajo y el dinero perdió la salud. Aquí yace Rodolfo Hernández sin dinero y sin salud».
Esta frase, pronunciada por Hernández en una entrevista durante su vida, sintetizaba su percepción del costo personal del éxito y de la búsqueda incansable de logros materiales. Su crudeza y sinceridad la convirtieron en un símbolo de su personalidad polémica y pragmática. Por ello, el robo de la placa no solo es un acto de vandalismo, sino también una afrenta al legado simbólico del político.
Camilo Larios, director nacional de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, lamentó profundamente lo sucedido. En sus declaraciones, aseguró que las cámaras de seguridad del cementerio identificaron plenamente a la persona responsable del hurto. «El mismo día que sucedieron los hechos, desde el Parque Memorial nos informaron del incidente. La persona está identificada y, en los próximos días, se reinstalará el mensaje del epitafio», afirmó Larios.
Inseguridad y memoria: un problema que trasciende lo material
El robo de la placa del epitafio de Rodolfo Hernández pone de relieve un problema mayor: la inseguridad que afecta a los cementerios y otros espacios simbólicos. Este no es un caso aislado en Colombia. La profanación de tumbas y el robo de elementos funerarios se han vuelto recurrentes, y los familiares de los difuntos denuncian la falta de vigilancia efectiva en estos lugares.
En redes sociales, amigos y allegados al exalcalde de Bucaramanga expresaron su repudio hacia este acto. «Es indignante que ni siquiera en la muerte se respete la memoria de alguien», escribió un usuario en Twitter, mientras que otros cuestionaron la seguridad del Parque Memorial Tierrasanta. La indignación no solo se centra en el acto delictivo, sino en lo que representa: un irrespeto hacia el recuerdo de una figura pública que marcó la historia reciente del país.
Este tipo de incidentes también pone en cuestión la capacidad de los administradores de los cementerios para proteger el patrimonio emocional y cultural que representan los mausoleos. En el caso de Hernández, su tumba no es solo un lugar de descanso, sino también un punto de referencia para quienes lo apoyaron o admiraron durante su vida pública.