¿Quién es Angelo Becciu, el cardenal que el papa destituyó por fraude y exige participar en el conclave?

Angelo Becciu, el primer cardenal condenado por el Vaticano por fraude fiscal, vuelve a ser el centro de atención tras desafiar las órdenes de exclusión del próximo cónclave. A pesar de haber perdido sus derechos como miembro activo del Colegio Cardenalicio, Becciu insiste en que tiene derecho a participar en la elección del sucesor del papa Francisco.

Con 76 años, Becciu fue hallado culpable de irregularidades financieras, abuso de poder y malversación de fondos, en uno de los mayores escándalos de corrupción dentro de la Santa Sede en los últimos tiempos. Este escándalo incluye la compra opaca de un inmueble de lujo en Londres y la transferencia de fondos a una organización dirigida por uno de sus hermanos en Cerdeña.

El ascenso y la caída del hombre fuerte de la curia vaticana

Durante cinco años, Angelo Becciu ocupó el tercer cargo más importante del Vaticano como sustituto en la Secretaría de Estado, directamente bajo el papa y el secretario de Estado. Más tarde, fue nombrado prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, consolidando su influencia en la curia romana.

Sin embargo, en 2020, el propio papa Francisco le retiró sus derechos cardinalicios tras una investigación que reveló serias anomalías financieras. Pese a ello, Becciu nunca fue expulsado formalmente del Colegio Cardenalicio ni se le exigió su renuncia, lo que ha dejado una zona gris jurídica que él ha sabido aprovechar.

Recientemente, ha participado en las reuniones preparatorias del cónclave, argumentando que ninguna disposición legal lo impide y desestimando como “sin valor jurídico” la lista oficial de participantes publicada por la Sala de Prensa del Vaticano.

Una batalla legal y moral por el alma del Vaticano

Este caso representa no solo una disputa legal, sino también una profunda crisis institucional para la Iglesia Católica. Becciu no solo desafía las normas internas del Vaticano, sino que lo hace tras haber sido condenado a cinco años y medio de prisión. Su insistencia en participar en el cónclave reabre el debate sobre la transparencia, rendición de cuentas y la influencia del poder dentro del Estado más pequeño del mundo.

En una reciente entrevista, Becciu declaró: “No pueden negarme ese derecho”, afirmando que el papa nunca expresó su intención de excluirlo. El consistorio más reciente, celebrado en diciembre pasado, tampoco fue categórico en imponerle dicha sanción.

Esta postura ha dividido opiniones incluso entre expertos en derecho canónico, quienes debaten si el castigo impuesto a Becciu puede realmente limitar su participación en decisiones clave para el futuro de la Iglesia.

¿Está en juego la legitimidad del próximo papa?

El desafío de Becciu no solo tensiona al Vaticano en un momento sensible, sino que podría poner en entredicho la legitimidad del próximo pontífice si se comprueba que participaron votantes desautorizados. Mientras tanto, el propio Becciu ha declarado sentirse en paz, asegurando que su relación con el papa fue siempre de “máximo respeto”, incluso en medio de las diferencias.

“Esta muerte es un gran dolor”, dijo Becciu refiriéndose al fallecimiento de Francisco, dejando entrever que su vínculo con el papa iba más allá de los escándalos mediáticos.

En un contexto en que la Iglesia busca renovarse y recuperar la confianza de sus fieles, la presencia de figuras polémicas como Angelo Becciu en instancias cruciales como un cónclave, plantea una pregunta inevitable: ¿puede la Iglesia elegir un nuevo papa en medio de tantas sombras?

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