Más de 60 soldados fueron secuestrados en El Tambo, Cauca, por campesinos

El conflicto en la zona rural de El Tambo, Cauca, ha alcanzado un nuevo punto crítico. La noche del 18 de octubre de 2024, dos batallones del Ejército Nacional de Colombia, con más de 60 soldados, fueron secuestrados en la vereda El Filo. Según informes preliminares, más de 300 campesinos locales privaron de su libertad a los uniformados y los llevaron a la escuela Nuevo Horizonte, donde permanecen retenidos.

Este incidente refleja las tensiones latentes en el Cañón del Micay, una región estratégicamente clave para el conflicto armado en Colombia, y la lucha entre las comunidades locales y el Estado colombiano por el control territorial.

El control territorial en disputa

Según lo reportado por las autoridades militares, la comunidad campesina exige al Estado la retirada de las Fuerzas Militares de su territorio. Los pobladores de la región, que instalaron banderas blancas como símbolo de paz, solicitan que el Gobierno no solo ceda el control de la vereda El Filo, sino que se abstenga de avanzar hacia otros territorios cercanos. Entre sus exigencias también se incluye el retiro de las tropas enviadas como parte de la Operación Perseo, un esfuerzo militar para recuperar el control de la zona y debilitar a las disidencias de las FARC, lideradas por alias Iván Mordisco.

El Ejército Nacional, sin embargo, ha expresado que la retención de los soldados y las demandas de los campesinos van en contra de las órdenes del presidente Gustavo Petro, quien ha dejado claro que la presencia estatal en la región es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de los pobladores. En un comunicado oficial, las autoridades han señalado que la situación «obstaculiza el cumplimiento de la misión», cuyo objetivo principal es contrarrestar la presencia de grupos armados ilegales que operan en la región.

Influencia de alias Giovanny en la retención

La tensión en la región no es solo un problema de descontento social. De acuerdo con el general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca, detrás de las acciones de los campesinos se encuentra la influencia de alias Giovanny, uno de los cabecillas más peligrosos de la estructura Carlos Patiño, un frente disidente de las FARC. Mejía ha señalado que los campesinos están siendo «instrumentalizados» por Giovanny, quien goza de un poder significativo en la zona debido a sus actividades criminales y el miedo que genera entre la población.

Además, alias Giovanny habría ordenado un «Plan Pistola», una estrategia de ataques armados dirigidos contra los miembros de la Fuerza Pública que se encuentran desplegados en el corregimiento de El Plateado. La Operación Perseo, que busca desmantelar estas estructuras armadas, ha sido objeto de múltiples amenazas desde su inicio, pero el Ejército ha dejado claro que no tiene intenciones de detener su avance.


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