Daneidy Barrera Rojas, conocida popularmente como Epa Colombia, enfrenta un nuevo capítulo judicial tras la decisión de la Corte Suprema de Justicia de confirmar su condena a cinco años y dos meses de prisión. Este fallo también incluye la orden de captura inmediata, en respuesta a delitos cometidos durante las protestas sociales de 2019.
En su momento, Barrera Rojas fue señalada de perturbación en el servicio público de transporte colectivo, instigación a delinquir con fines terroristas y daño en bien ajeno, debido a un video difundido en sus redes sociales. En este material, la creadora de contenido aparecía destruyendo con un martillo una estación de TransMilenio, lo que generó un fuerte rechazo social y legal.
Un impacto más allá de lo judicial
Además de la condena carcelaria, el Tribunal Superior de Bogotá ya había impuesto una medida sin precedentes: la inhabilitación para ejercer como influencer o creadora de contenido en redes sociales. Según el fallo, esta restricción abarca el periodo de la sentencia, prohibiendo que Barrera obtenga ingresos a través de la creación de contenido o publicidad digital durante más de cinco años.
La medida apunta a reducir la influencia negativa que sus acciones podrían tener sobre sus seguidores y la sociedad. Este precedente reaviva el debate sobre la responsabilidad social de los influencers, quienes cuentan con millones de seguidores y generan impacto en la opinión pública.
El proceso de captura y sus implicaciones
Tras conocerse la decisión del alto tribunal, miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía llegaron a uno de los salones de belleza de Barrera para ejecutar su captura. Sin embargo, el procedimiento fue suspendido momentáneamente para permitir la presencia de su abogado. Finalmente, alrededor de las 8:30 p.m., se llevó a cabo el registro judicial, incluyendo la toma de huellas dactilares e identificación formal.
Esta situación plantea interrogantes sobre el futuro de sus negocios, incluidos sus salones de belleza y su línea de productos capilares. Durante los últimos años, Barrera logró establecerse como empresaria, diversificando sus ingresos en un intento por dejar atrás su imagen controvertida.
¿Un caso que redefine la justicia y las redes sociales?
El caso de Epa Colombia ha trascendido las fronteras legales, abriendo un debate sobre el papel de la justicia frente al comportamiento en redes sociales. ¿Hasta qué punto los creadores de contenido deben ser responsables de sus actos dentro y fuera del entorno digital? ¿Cómo equilibrar la libertad de expresión con la protección del bien público?
Mientras tanto, este caso podría sentar precedentes legales y sociales para futuras generaciones de influencers y usuarios de plataformas digitales en Colombia.