Los movimientos en el gabinete presidencial comenzaron a concretarse este lunes con una serie de renuncias y nombramientos clave en el círculo más cercano del presidente Gustavo Petro. Los ajustes no solo responden a la necesidad de reorganizar el equipo de gobierno para los desafíos de 2025, sino también a las aspiraciones políticas de varios altos funcionarios que proyectan candidaturas en el panorama electoral del 2026.
Entre los cambios más relevantes, destaca la salida de Mauricio Lizcano del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y el anuncio de que Jorge Rojas, actual viceministro de Relaciones Exteriores y un hombre cercano a Petro desde su época como alcalde de Bogotá, asumirá como director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre). Laura Sarabia, quien hasta ahora ocupaba este cargo estratégico, se perfila como la nueva ministra de Relaciones Exteriores, relevando a Luis Gilberto Murillo, quien estaría preparando su candidatura presidencial.
Laura Sarabia y Jorge Rojas: aliados estratégicos de Petro
Laura Sarabia ha sido considerada como una de las figuras de mayor confianza del presidente Gustavo Petro. Desde el Dapre, desempeñó un rol fundamental en la coordinación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de las líneas estratégicas del gobierno. Su traslado a la Cancillería refleja la intención de reforzar la política exterior de Colombia con una figura experimentada y cercana al mandatario.
Sarabia asumiría el cargo formalmente el próximo 1 de febrero y, según fuentes cercanas, ya está trabajando en el proceso de empalme con Murillo. Este movimiento, lejos de obedecer a tensiones internas, ha sido calificado como una transición planificada en buenos términos entre ambas partes.
Por su parte, Jorge Rojas, quien tendrá la responsabilidad de liderar el Dapre, ha sido un colaborador clave en la trayectoria política de Petro. Durante la alcaldía de Bogotá (2013-2015), Rojas se desempeñó como secretario de Integración Social, gestionando temas de alto impacto social en la capital. Su llegada al Dapre representa un refuerzo en el equipo presidencial, especialmente en un momento de ajustes y redefinición de prioridades para el tercer año de gobierno.
Renuncias y proyecciones políticas de cara al 2026
El remezón en el gabinete no se limita al Dapre y la Cancillería. Otros ministerios clave, como el de Ambiente y el de Educación, también están bajo la lupa. Susana Muhamad, ministra de Ambiente, estaría preparando su salida para participar en la contienda electoral del 2026, mientras que Daniel Rojas, ministro de Educación, podría encabezar la lista al Congreso del Pacto Histórico.
Estos movimientos responden a dos factores principales: por un lado, el desgaste natural que enfrentan algunos funcionarios después de dos años en el gobierno, y por otro, las aspiraciones políticas de aquellos que buscan aprovechar el respaldo del presidente para consolidar sus candidaturas. Petro, consciente de estas dinámicas, ha comenzado a evaluar qué miembros de su equipo tienen posibilidades reales de competir en las urnas.
El objetivo de estos cambios es garantizar un gabinete fortalecido que permita alcanzar las metas trazadas para el 2025, mientras se facilita la transición de algunos funcionarios hacia sus nuevas aspiraciones políticas.
Reunión estratégica en Bogotá: un punto de inflexión
La semana pasada, en el Centro de Estudios Superiores de la Policía en Bogotá, el presidente Gustavo Petro convocó a su gabinete y a altos funcionarios del gobierno nacional a una reunión de alto nivel. Este encuentro no solo fue el escenario para rendir cuentas y evaluar la ejecución de las políticas públicas, sino que también sirvió para definir las prioridades y estrategias del Ejecutivo para este año.
Durante la reunión, se discutieron las metas para el tercer año de gobierno, un período que será crucial para consolidar las reformas estructurales propuestas por Petro en áreas como la transición energética, la educación y la justicia social. Este encuentro marcó el inicio de los ajustes en el gabinete, que se irán concretando en las próximas semanas.
Los cambios en el equipo presidencial de Gustavo Petro reflejan una estrategia dual: preparar al gobierno para los retos inmediatos del 2025 y proyectar a sus principales figuras políticas hacia el 2026. La pregunta ahora es: ¿podrán estos movimientos consolidar el proyecto político del Pacto Histórico y garantizar su continuidad en el poder?