Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos atraviesan un momento de tensión que ha derivado en la suspensión de las operaciones de los helicópteros Black Hawk en el país. Según fuentes de la Policía Nacional y la Embajada de Estados Unidos, el contrato de mantenimiento de estas aeronaves quedó paralizado, dejando a las tripulaciones sin actividad durante los próximos meses.
Este cese de operaciones se produce en un contexto marcado por diferencias políticas entre ambos gobiernos, especialmente tras la decisión del presidente Gustavo Petro de rechazar la llegada de dos aviones con colombianos deportados desde Estados Unidos. Como respuesta, la administración de Donald Trump dejó claro que espera que «todas las naciones cooperen en la aceptación de los deportados que se encuentran ilegalmente en los Estados Unidos».
El fin temporal de las operaciones de los Black Hawk
El mantenimiento de los helicópteros Black Hawk, pieza clave en las estrategias de seguridad y lucha contra el narcotráfico en Colombia, dependía de un contrato con una empresa estadounidense. Sin embargo, con la reciente suspensión del acuerdo, las aeronaves quedaron inoperativas y estacionadas en distintas bases aéreas de la Policía Antinarcóticos.
Este hecho marca un retroceso en la cooperación bilateral en materia de seguridad. Desde hace décadas, los helicópteros Black Hawk han sido fundamentales para operativos contra grupos armados ilegales y redes de narcotráfico, permitiendo la movilidad rápida de tropas y la ejecución de misiones en zonas de difícil acceso.
Tensión diplomática entre Colombia y Estados Unidos
La decisión de suspender el uso de los helicópteros se interpreta como una respuesta a la negativa del presidente Gustavo Petro de recibir vuelos con colombianos deportados. Este acto ha generado incomodidad en Washington, donde se ha insistido en que todos los países deben cooperar con la política migratoria de Estados Unidos.
El Departamento de Estado, en declaraciones exclusivas para La W Radio, afirmó que la postura de Estados Unidos es clara: «Si bien EE.UU. tiene su firme compromiso de seguir fortaleciendo su relación con Colombia para promover intereses mutuos, no vacilaremos». Esta afirmación resalta que, a pesar de la tensión actual, Estados Unidos continuará con su política de presión para que Colombia acepte a sus nacionales deportados.
Impacto en la lucha contra el narcotráfico y seguridad interna
El cese de las operaciones de los Black Hawk podría afectar significativamente las capacidades operativas de la Policía Nacional y el Ejército en la lucha contra el narcotráfico. Estas aeronaves han sido utilizadas para el despliegue rápido de fuerzas en operativos de erradicación de cultivos ilícitos, enfrentamientos con grupos armados y vigilancia de zonas críticas.
Sin el apoyo logístico que representan estos helicópteros, las fuerzas de seguridad podrían enfrentar dificultades para realizar misiones en el territorio nacional, lo que podría traducirse en un fortalecimiento de las estructuras criminales en regiones como el Catatumbo, Cauca y el Putumayo.
¿Qué sigue para la relación entre Colombia y Estados Unidos?
La suspensión del contrato de mantenimiento de los Black Hawk es un síntoma de la creciente tensión diplomática entre ambas naciones. Si bien Estados Unidos ha reiterado su compromiso con la lucha contra el narcotráfico y la seguridad en Colombia, la falta de un acuerdo sobre la repatriación de ciudadanos deportados podría traer más consecuencias en otros ámbitos de cooperación.
Ahora, la incertidumbre persiste. ¿Se reanudarán las operaciones de los Black Hawk en los próximos meses? ¿Qué otras medidas podrá tomar Estados Unidos si Colombia mantiene su negativa sobre los vuelos de deportación? Estas interrogantes definirán el rumbo de la relación bilateral en los próximos meses.
