Hallan sin vida a los 10 ocupantes de la avioneta HK2522 accidentada en Urrao

Pasaron 44 horas desde que la baliza de emergencia de la aeronave Cessna 402 de matrícula HK2522 emitió su última señal hasta que el equipo de rescatistas logró llegar al punto exacto del accidente, ubicado en la vereda La Aná, en el municipio de Urrao, Antioquia. Entre la espesa selva y condiciones climáticas adversas, se confirmó una trágica noticia: ninguna de las 10 personas a bordo de la avioneta sobrevivió.

El director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagram), Carlos Ríos, informó con pesar el desenlace: “Queremos contarles con profundo dolor que lamentablemente no hay sobrevivientes. Estamos trabajando para agilizar la extracción de los cuerpos, tarea que deberá realizarse por vía terrestre debido a las difíciles condiciones meteorológicas”.

Una ruta truncada: el vuelo Juradó-Medellín

La aeronave, perteneciente a la empresa Pacífica de Aviación, cubría la ruta Juradó (Chocó) – Medellín cuando se precipitó en la tarde del miércoles 8 de enero. A bordo viajaban ocho pasajeros, entre ellos tres menores de edad, y dos tripulantes experimentados. El piloto, Santiago Montoya, contaba con más de 3.000 horas de vuelo, incluso había trabajado como instructor.

Desde el inicio de la búsqueda, las autoridades enfrentaron un gran desafío. El terreno montañoso y la densa vegetación dificultaron los operativos aéreos y terrestres. Además, las condiciones meteorológicas adversas obstaculizaron las labores de los helicópteros y retrasaron la localización exacta de la aeronave.

Inicialmente, los rescatistas concentraron sus esfuerzos en una zona de 40 kilómetros cuadrados entre los municipios de Urrao y Betulia, pero fue hasta el jueves 9 de enero que, desde un helicóptero, se avistó el fuselaje en el sector de Piedras Blancas, en la vereda La Aná. Sin embargo, el descenso fue imposible debido a la espesa vegetación.

El hallazgo y las hipótesis del accidente

El equipo terrestre llegó al sitio del impacto en la madrugada del viernes 10 de enero, confirmando la ubicación de la aeronave y la trágica noticia de que no hubo sobrevivientes. Entre las víctimas se encuentran los tripulantes Santiago Montoya y Luis Guillermo Clavijo, así como los pasajeros Greimar Castro Sanclemente, Grettel Castro Sanclemente, Raquel Palacios, Cristal Sofía Hernández, Danny Moreno Culma, Miguelina García y Yoarledis Valencia.

Rubén Lesmes, gerente de Pacífica de Aviación, afirmó que el piloto no reportó fallas técnicas antes del siniestro. Según indicó, una “parada súbita” del motor podría ser una de las posibles causas del accidente, aunque la aeronave había realizado vuelos previos ese mismo día sin inconvenientes. Lesmes también destacó que se trataba de un avión regularmente inspeccionado y que cumplía con los estándares técnicos requeridos.

El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, informó inicialmente sobre el avistamiento de la aeronave y lamentó la tragedia. Según expertos, el impacto de la avioneta habría sido devastador, dejando pocas posibilidades de supervivencia para sus ocupantes.

Un esfuerzo conjunto marcado por la adversidad

La operación de búsqueda y rescate movilizó a entidades como la Gestión del Riesgo de Antioquia, bomberos, Defensa Civil, Policía, Ejército y funcionarios de las alcaldías de Urrao y Betulia. Un helicóptero Black Hawk del Ejército también fue desplegado en la zona para apoyar en la inserción de equipos técnicos. Sin embargo, las complicaciones meteorológicas y el terreno selvático ralentizaron los avances.

El Puesto de Mando Unificado (PMU), establecido en el aeropuerto Alí Piedrahita, coordinó las labores y definió que la búsqueda debía concentrarse en el sector de Piedras Blancas, donde finalmente se halló la aeronave.

Tras el hallazgo, las autoridades trabajan en la recuperación de los cuerpos, un proceso que se llevará a cabo por tierra debido a las condiciones climáticas y la inaccesibilidad aérea. Posteriormente, los restos serán trasladados al Instituto Nacional de Medicina Legal para los procedimientos correspondientes.

Una tragedia que enluta al país

El accidente del vuelo HK2522 ha conmocionado a las comunidades de Urrao, Chocó y todo el país. Las víctimas, entre ellas familias completas, eran en su mayoría oriundas del departamento de Chocó. Este evento resalta una vez más las dificultades del transporte aéreo en regiones apartadas de Colombia, donde las aeronaves pequeñas son un medio crucial para conectar comunidades aisladas.

A medida que las autoridades investigan las causas exactas del accidente, queda en evidencia la importancia de reforzar la seguridad en las operaciones de aviación y mejorar la infraestructura aeroportuaria en zonas remotas. Esta tragedia deja un vacío profundo en las familias de las víctimas y plantea interrogantes sobre las condiciones en las que se realizan estos vuelos esenciales.


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