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Horas después de los resultados de las elecciones legislativas en Francia el sentir del pueblo se hizo sentir. Son 577 curules las que eligieron los franceses donde el riesgo de una cohabitación entre el Presidente Emmanuel Macron y Jordán Bárdela el cual podría significar un funeral para la socialdemocracia francesa desapareció completamente ante unos resultados que hicieron vibrar la plaza la República en París.
Las 182 curules para el Nuevo Frente Popular una coalición de izquierda es una respuesta contundente frente a las 143 de Agrupación Nacional el partido de extrema derecha. Francia es un país con cerca de nueve millones de migrantes que hoy enfrenta una creciente inflación, altos costos energéticos y un aumento salarial reducido en las clases menos favorecidas.
Agrupación Nacional propone incrementar el impuesto al patrimonio y crear un nuevo impuesto al patrimonio financiero, es decir a quienes poseen ahorros en los bancos, lo anterior acompañado de la mano dura con los migrantes y un incremento salarial para empresarios. Un escenario muy distinto es el que propone Francia Insumisa partido liderado por François Ruffin, su propuesta es coherente con la realidad que hoy vive Francia y prioriza las necesidades sociales, propone devolver la edad de jubilación a los 60 año, un incremento importante en el salario mínimo y mayor apoyo con los migrantes incluso con unidades de rescate.
No por nada el país galo es la segunda economía más importante de Europa, lo que hace que toda la unión europea viva estas elecciones legislativas como propias. La pérdida de apoyo del oficialismo se da por el desgaste de un gobierno que en medio de las reformas y el crecimiento de los problemas sociales ha perdido popularidad, por supuesto que el gobierno de Emmanuel Macron es de centro pero tiene tendencia a la derecha, eso es importante dejarlo claro para quienes creen lo contrario.
El origen del partido Agrupación Nacional se dio en los años 70 liderado por Jean-Marie Le Pen, cinco veces candidato presidencial y condenado en múltiples ocasiones por negación del Holocausto e incitación al odio. Hoy su hija, Marie Le Pen, quien ya ha disputado en segunda vuelta la presidencia con Emmanuel Macron se perfilaba hasta hace 2 días como la próxima presidenta de Francia, Aunque hoy se desdibuja esta percepción.
La ultraderecha europea es diferente a la ultraderecha latinoamericana, sin embargo, ante los actuales escenarios geopolíticos, se han creado bloques extremistas como el Foro Madrid donde derechistas extremos de Europa y Latinoamérica se reúnen en distintos escenarios para desarrollar un proyecto político común. Podríamos aún así en medio de la comparación decir que acá la extrema derecha en Francia es mucho más moderada que por ejemplo la derecha uribista en Colombia que se enmarca en un populismo carente de propuestas y beligerante ante el desarrollo social.
Finalmente, me quiero referir a la alianza del Nuevo Frente Popular, la cual surgió hace pocos días para enfrentar a Agrupación Nacional en Francia, claro en honor al histórico bloque Frente Popular de 1935 que nació para resistir como una fuerza política antifascista.
Francia hoy no está en la izquierda y eso es algo que se debe clarificar en esta columna, el país esta gobernado por un presidente de centro derecha y estamos ante la posibilidad de que sea la extrema derecha la que gobierne en los próximos años. La izquierda en Francia gobernó hasta el año 2017 con el gobierno socialista de François Hollande quien hoy busca una curul como Diputado.
El riesgo latente después de las europeas de que Francia se sumara a la ultraderecha, junto a Italia, reforzaba la muralla invisible de la comunidad europea para aislarse del mundo, el freno a la migración, un alto a tratados de libre comercio como el de Mercosur- UE, menos subsidios y ayudas sociales y humanitarias, en el escenario no es alentador para los países que viven dificultades ante un escenario político que se construye mirándose al espejo y cerrando puertas sin importar lo que pase en el resto del mundo, se requiere una Europa social, humanista y pacifista como la que se reconstruyó después de la segunda guerra mundial. Los extremos solo auguran un futuro incierto, donde las protestas sociales como las que vivimos en el 2023 con la reforma pensional pueden volver a las calles.
Ahora bien, la coherencia política es fundamental, no puede un presidente elegirse con la izquierda para gobernar con la derecha, si bien es importante el consenso existen unas diferencias irreconciliables en temas económicos, sociales y ecológicos entre el Nuevo Frente Popular y Agrupación Nacional.
Gabriel Attal ya no será más primer ministro y la cohabitación de Emmanuel Macron con la Izquierda es un respiro para la social democracia francesa que ha sido relegada ante las recientes reformas sociales que priorizan la economía sobre el humanismo. El líder natural de Francia Insumisa Jean-Luc Mélenchon destacó que el salario mínimo debe estar en 1.600 euros netos y también es urgente la congelación de precios de bienes de primera necesidad de la canasta familiar.
Las dos medidas ya aparecieron en el programa Nupes en las últimas elecciones legislativas. Se encuentran entre las prioridades del Frente Popular para su aplicación a partir de los primeros 15 días en caso de victoria en las elecciones legislativas.
Es decir, quienes vivimos en Francia podemos esperar que en los próximos 15 días el bloqueo se realizará por decreto congelando los precios de los alimentos, la energía y los combustibles. La derogación de la reforma de las pensiones, el seguro de desempleo y la ley de inmigración también están en la agenda.
En migración, por unanimidad, todos los partidos de izquierda se opusieron a estas tres reformas llevadas a cabo por el Presidente de la República Emmanuel Macron.
La reforma de las pensiones y la ley de inmigración en particular les dieron la oportunidad de mostrar su unidad, tanto en la Asamblea como en las calles, por tanto, también pueden existir cambios a corto plazo en estos temas cruciales para Francia.
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