“Era para que no siguiera declarando en Colombia”: ‘Otoniel’  durante interrogatorio en Estados Unidos

El pasado abril, los magistrados Alejandro Ramelli y Gustavo Salazar, en representación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), viajaron a la Penitenciaría de Máxima Seguridad ‘ADX Florence’, también conocida como ‘Supermax’, en Colorado, Estados Unidos. Su objetivo era interrogar a Dairo Antonio Úsuga David, mejor conocido como ‘Otoniel’, antiguo líder del Clan del Golfo y uno de los criminales más peligrosos de Colombia. Este interrogatorio tenía un propósito claro: recabar información crucial sobre los delitos cometidos contra miembros de la Unión Patriótica y en los casos de los falsos positivos, una de las manchas más oscuras del conflicto colombiano.

El testimonio de ‘Otoniel’ ha generado una serie de implicaciones legales y políticas que ahora tocan a altos mandos militares, agentes del Estado y civiles, todos mencionados por el exlíder paramilitar. La JEP, como parte de su misión de esclarecer la verdad, decidió remitir copias del caso para que estos nombres sean investigados, levantando parcialmente la reserva sobre las declaraciones de Úsuga.

La extradición de ‘Otoniel’: ¿un intento de silenciar la verdad?

El interrogatorio no solo buscaba desvelar las responsabilidades de quienes participaron en la violencia política de los últimos años, sino que también se enfocó en las circunstancias que rodearon la extradición de ‘Otoniel’. Su captura y envío a Estados Unidos en mayo de 2022 ocurrió con una rapidez inusual, algo que el propio Úsuga no dudó en señalar durante su conversación con los magistrados de la JEP.

Según Otoniel, la rapidez en su extradición tuvo como objetivo evitar que continuara declarando en Colombia, donde ya había comenzado a revelar información sensible que implicaba a diferentes actores dentro del conflicto armado. “La mayoría [de la razón] era para que no siguiera declarando allá en Colombia, para el silencio, silenciar más a uno”, afirmó con convicción durante su testimonio.

Este comentario deja una gran incógnita sobre el papel que jugó su salida del país en medio del proceso judicial. ¿Cuánta más información podría haber entregado si su extradición no hubiera sido tan rápida? Aunque Úsuga evitó señalar a personas específicas que hubieran influido en su extradición, sus palabras sugieren que había más por contar, declaraciones que quizás pudieron haber comprometido a actores poderosos dentro del Estado colombiano y más allá.

La implicación de altos mandos y civiles en los crímenes del conflicto

El testimonio de Otoniel también salpica a figuras del alto mando militar y a miembros del Estado. En el auto emitido por la JEP, se mencionan a un mayor general, seis agentes del Estado y tres civiles que fueron mencionados por el exlíder del Clan del Golfo como partícipes o conocedores de los crímenes cometidos durante el conflicto. La mención de estos nombres no es un hecho menor, ya que sugiere un entramado mucho más profundo de complicidades que, hasta ahora, se ha mantenido oculto o sin un esclarecimiento pleno.

El caso de los falsos positivos, una serie de ejecuciones extrajudiciales en las que civiles fueron presentados como guerrilleros caídos en combate para inflar las cifras de éxito militar, es uno de los más escandalosos y dolorosos en la historia reciente de Colombia. El hecho de que Otoniel, desde su posición de poder en el Bloque Centauros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), tenga información relevante sobre estos crímenes, podría ofrecer claves para entender cómo operaba el sistema y quiénes eran los verdaderos responsables.

Por otro lado, la mención de la Unión Patriótica (UP) en el interrogatorio abre una ventana hacia uno de los episodios más trágicos de la política colombiana. La UP fue sistemáticamente diezmada en los años 80 y 90, cuando miles de sus miembros y simpatizantes fueron asesinados en una persecución política que aún deja cicatrices en la historia del país. La búsqueda de justicia para estos crímenes es una de las misiones de la JEP, y el testimonio de Úsuga podría aportar piezas clave para desenmarañar esa compleja trama.

¿Qué podemos esperar del testimonio de ‘Otoniel’?

La figura de Dairo Antonio Úsuga, aunque temida y repudiada por muchos, también podría convertirse en un actor clave en la revelación de verdades que el conflicto colombiano ha mantenido ocultas por años. Su posición como líder de una de las organizaciones criminales más grandes de Colombia y su participación directa en los eventos que marcaron la violencia en el país lo convierten en un testigo invaluable. Sin embargo, el proceso de extradición y la posibilidad de que haya sido sacado del país para “silenciarlo” pone en duda cuánto de esa verdad lograremos conocer.

Lo que sigue para el caso es de gran relevancia: las investigaciones derivadas de su testimonio podrían involucrar a nombres importantes dentro de las estructuras de poder colombianas. ¿Habrá más revelaciones que sacudan los cimientos del país? Todo indica que la JEP seguirá indagando en esta dirección, mientras el nombre de ‘Otoniel’ continúa resonando, no solo por sus crímenes, sino también por lo que aún guarda en su memoria.

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