Donald Trump, ahora como presidente número 47 de los Estados Unidos, presentó un discurso inaugural que ha sacudido al mundo entero. Con un tono enérgico y lleno de mensajes dirigidos tanto a sus seguidores como a sus críticos, el nuevo mandatario reiteró su enfoque en una política de «América Primero», prometiendo cambios drásticos en áreas como migración, economía, seguridad nacional y derechos sociales. En sus palabras: «La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo».
Trump hizo un repaso de los puntos centrales de su agenda, dejando claro que no pretende moderar las posturas que lo llevaron de regreso al poder, sino más bien intensificarlas. Desde su promesa de declarar una emergencia en la frontera sur hasta su visión de redefinir los conceptos de género en Estados Unidos, el mensaje de Trump reafirmó su estilo combativo y su objetivo de reestructurar profundamente la política nacional e internacional del país.
La frontera sur: la prioridad inmediata de su administración
Uno de los temas centrales de su discurso fue el anuncio de una situación de emergencia en la frontera con México. Trump afirmó que tomará medidas contundentes para frenar la migración ilegal: «Hoy voy a firmar una serie de leyes ejecutivas de carácter histórico… Vamos a detener todas las entradas ilegales y devolveremos a las personas a los países de donde vinieron», aseguró.
Además, el mandatario prometió restablecer el programa conocido como «Quédate en México», el cual obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras esperan su cita ante un juez de inmigración estadounidense. Esta política, suspendida durante la administración Biden, fue uno de los pilares del gobierno de Trump durante su primer mandato, y su regreso implica la colaboración directa de México en la implementación.
En su declaración, Trump insistió en que el caos que, según él, reina en Estados Unidos es una consecuencia directa de la migración ilegal y la criminalidad asociada a ella. Aseguró que desplegará tropas en la frontera para reforzar la seguridad y que implementará nuevas políticas que eliminen la práctica conocida como «capturar y liberar», criticada por los sectores más conservadores de su base política.
Aranceles, energía y el fin del «trato verde»: la economía al centro de su discurso
Trump también dedicó una parte importante de su discurso inaugural a delinear sus planes económicos. En un gesto hacia su base obrera, prometió imponer aranceles a terceros países para proteger a los trabajadores estadounidenses. Según sus palabras: «En lugar de poner impuestos a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, pondré aranceles e impuestos a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos».
En el campo de la energía, Trump declaró que su administración tomará medidas drásticas para revertir las políticas que promovieron fuentes renovables durante las presidencias de Obama y Biden. Anunció que declarará una emergencia energética nacional y que apostará por lo que llamó el «oro líquido» de Estados Unidos: el petróleo. «¡Perfora, cariño, perfora!», exclamó, dejando claro que su enfoque será maximizar la producción nacional de combustibles fósiles.
Trump también expresó su rechazo al «trato verde», una iniciativa que busca combatir el cambio climático a través de la transición hacia fuentes de energía limpia. Su promesa de desmantelar esta política sugiere que priorizará la producción de petróleo y gas sobre cualquier consideración ambiental. Según Trump, estas decisiones no solo aliviarán la crisis inflacionaria, sino que también devolverán a Estados Unidos su lugar como potencia energética global.
Libertades sexuales y género: un retroceso en los derechos civiles
Uno de los comentarios más controversiales de Trump fue su anuncio de que en su gobierno solo reconocerá dos géneros: masculino y femenino. «Habrá solo dos géneros: hombre y mujer», afirmó rotundamente. Este anuncio supone un ataque directo a las políticas de diversidad sexual implementadas en las administraciones anteriores, que habían dado reconocimiento y derechos legales a personas no binarias y transgénero.
Trump también aseguró que pondrá fin a la «política gubernamental de intentar diseñar la raza y el género en cada aspecto de la vida pública y privada». Este enfoque refuerza su posición crítica hacia lo que él denomina la cultura woke, que promueve la igualdad y la inclusión en diversos ámbitos de la sociedad estadounidense.
Los defensores de los derechos civiles y organizaciones LGBTQ+ han reaccionado con alarma ante estas declaraciones, advirtiendo que representan un retroceso en décadas de lucha por la igualdad y la justicia.
Expansión internacional: del Canal de Panamá a Marte
En su discurso, Trump también mostró sus aspiraciones expansionistas, incluyendo la promesa de «recuperar» el Canal de Panamá. «Nos trataron muy mal después de haberles dado ese regalo. Vamos a tomarlo de vuelta», afirmó, refiriéndose al tratado que entregó el control del canal a Panamá en 1999.
Además, Trump no dejó de lado sus ambiciones espaciales, mencionando que planea «plantar la bandera de Estados Unidos en Marte». Estas declaraciones, que mezclan retórica nacionalista con promesas de grandeza tecnológica, buscan posicionar a Estados Unidos como líder no solo en el escenario global, sino también en la exploración espacial.
Un mensaje para los conflictos internacionales
Trump también dedicó palabras a los conflictos internacionales, dejando claro que su enfoque será reducir el involucramiento de Estados Unidos en guerras extranjeras. Sin embargo, subrayó que Europa y la OTAN deberán asumir un mayor costo para mantener la seguridad mundial. «No podemos ser el único país que cargue con todos los gastos», afirmó.
En este contexto, los analistas han interpretado su discurso como un mensaje para Ucrania y otros países que dependen de la ayuda estadounidense. La prioridad de Trump, según sus propias palabras, será concentrarse en los intereses internos de Estados Unidos y buscar ser un «pacificador» en lugar de un interventor.
«Lo imposible es lo que mejor hacemos»
El cierre del discurso de Trump fue una reafirmación de su visión optimista para el futuro del país. «No nos arruinarán, será un país soberano, independiente», concluyó, en medio de una ovación de sus seguidores. La frase «En Estados Unidos, lo imposible es lo que mejor hacemos» encapsuló el tono desafiante y ambicioso de todo su mensaje.
La llegada de Trump a la presidencia promete ser un capítulo lleno de controversias, políticas radicales y una reconfiguración tanto de la política interna como de la proyección internacional de Estados Unidos. ¿Será este el inicio de la «edad de oro» que promete, o enfrentará desafíos insuperables en su intento de transformar el país?
