Los Ángeles enfrenta una nueva crisis por incendios forestales, luego de que un voraz fuego en Pacific Palisades, avivado por los fuertes vientos de Santa Ana, arrasara con residencias multimillonarias y forzara la evacuación de unas 30.000 personas. El incendio, que comenzó en la mañana del martes 6 de enero, ya ha consumido cerca de 11,6 kilómetros cuadrados de terreno y sigue avanzando de manera impredecible.
“De ninguna manera estamos fuera de peligro”, advirtió el gobernador Gavin Newsom, quien declaró el estado de emergencia en California.
La intensidad de los vientos, con ráfagas superiores a 160 km/h, complicó los esfuerzos de los bomberos, mientras las carreteras colapsaron ante la frenética evacuación. Testigos denunciaron que varios conductores abandonaron sus vehículos en Palisades Drive, lo que obligó al uso de excavadoras para despejar el paso y permitir la entrada de vehículos de emergencia. Según las autoridades, más de 13.000 estructuras están en riesgo, y muchas ya han sido completamente destruidas.
El caos se extendió a otras áreas, como Altadena, donde otro incendio ha consumido más de 400 acres, mientras los vientos aumentan el peligro de propagación en zonas secas tras meses sin lluvias. “El fuego está saltando de un lado de la carretera al otro”, relató Kelsey Trainor, una residente atrapada por las llamas. La situación llevó a la suspensión de planes del presidente Joe Biden, quien canceló su visita al condado de Riverside para centrarse en la crisis en Los Ángeles.
En medio del desastre, más de 28.000 hogares quedaron sin electricidad, y compañías de servicios públicos han cortado preventivamente la energía a otros 15.000 clientes para evitar que el equipo genere nuevos incendios. “La ceniza caía por todas partes mientras los helicópteros intentaban apagar las llamas desde el aire”, detalló un residente evacuado.
La escena en Pacific Palisades era desoladora. Casas en llamas, evacuados huyendo con mascotas y pertenencias, y carreteras bloqueadas marcaron el dramático día. Un fotógrafo de Associated Press captó mansiones calcinadas mientras los bomberos luchaban por controlar las llamas en las montañas de Santa Mónica. Las llamas han dejado a miles sin hogar y han aumentado el temor de que los incendios sigan extendiéndose en los próximos días.
Las autoridades han hecho un llamado a la población para mantenerse alerta y cumplir con las órdenes de evacuación. Mientras tanto, los esfuerzos para contener el incendio continúan, con la ayuda de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, que ha aprobado una subvención para cubrir los costos de la lucha contra las llamas. El gobernador Newsom enfatizó que la prioridad es salvar vidas y minimizar el impacto de esta tragedia, aunque advirtió que “lo peor podría estar por venir”.
