El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña revocó la condena de Dani Alves, quien había sido sentenciado a cuatro años y medio de prisión por agresión sexual a una joven en Barcelona. La decisión, tomada por unanimidad, se basó en insuficiencias probatorias y dudas sobre la fiabilidad del testimonio de la denunciante.
El caso se originó el 31 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton, donde se le acusó de abuso sexual. En febrero de 2024, se dictó una sentencia que incluía cinco años de libertad vigilada y nueve de alejamiento de la víctima. Sin embargo, Alves salió de prisión tras pagar una fianza de un millón de euros en marzo del pasado año.
La Sala Civil y Penal del Tribunal explicó que la primera sentencia presentaba «vacíos, imprecisiones, inconsistencias y contradicciones», lo que generaba dudas sobre los hechos y su valoración jurídica. Además, el fallo indicó que «no se puede concluir que se hayan superado los estándares que exige la presunción de inocencia».
Uno de los puntos clave en la resolución fue la falta de coincidencia entre las pruebas forenses y el relato de la denunciante. Restos de ADN y huellas dactilares encontrados en el lugar de los hechos no respaldaban la versión acusatoria, y las imágenes analizadas tampoco mostraban señales evidentes de incomodidad por parte de la mujer. «No se compadece lo que dice, que estaban incómodas, con lo que luego se ve en las imágenes», cita el documento judicial.
No obstante, el Tribunal aclaró que esto no significa que la versión de la defensa de Alves sea necesariamente la verdad, sino que las pruebas presentadas no fueron suficientes para mantener la condena. Como resultado, se revocaron todas las medidas cautelares impuestas al exfutbolista.