¿Cómo los burros y los elefantes se convirtieron en símbolos de demócratas y republicanos?

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Desde el siglo XIX, el burro demócrata y el elefante republicano han sido símbolos perdurables en la política estadounidense, resurgiendo en cada ciclo electoral en caricaturas, campañas e incluso en memes.

Pero ¿cómo llegaron estos símbolos a representar a los dos principales partidos políticos y por qué han perdurado a pesar de sus orígenes aparentemente burlones?

La respuesta está en el trabajo de uno de los primeros grandes caricaturistas políticos de Estados Unidos, Thomas Nast, cuya mordaz sátira y vívida imaginación dieron forma a estos íconos.

Representación gráfica de un burro demócrata y un elefante republicano.

Orígenes del Burro Democrático

La asociación del Partido Demócrata con el burro se remonta a la campaña presidencial de Andrew Jackson en 1828. Apodado “burro” por sus oponentes, Jackson —héroe militar y primer presidente demócrata— no rehuyó el calificativo.

En cambio, lo aceptó con entusiasmo, e incluso presentó un burro en sus carteles de campaña. La imagen era simple, pero efectiva, y retrataba a Jackson como un hombre testarudo, pero decidido, dispuesto a llevar las cargas de la gente común.

En una de sus caricaturas más famosas de 1879, Nast mostró al burro colgando precariamente de la cola, al borde del “caos financiero”. Esta caricatura ofrecía una crítica de las políticas demócratas durante la turbulenta Edad Dorada, un tema que volvería a abordar en obras posteriores.

El elefante republicano

La historia del origen del elefante republicano también está relacionada con el arte de Nast. Si bien el elefante había aparecido en imágenes de la época de la Guerra Civil como símbolo de valentía en combate, fue la caricatura de Nast de 1874 “Third Term Panic” la que vinculó firmemente a la criatura con el Partido Republicano.

En esta caricatura, Nast se burló de los rumores del New York Herald de que el presidente estadounidense Ulysses S. Grant estaba considerando un tercer mandato, retratando al periódico como un burro con una piel de león y fomentando el miedo entre los demás animales.

Entre ellos había un elefante con la etiqueta “el voto republicano”, que se mostraba tambaleándose en el borde de un pozo, lo que sugería que el partido corría el riesgo de seguir ciegamente a Grant.

El impacto de la caricatura fue profundo; el elefante fue rápidamente adoptado como el emblema del Partido Republicano en el arte político posterior. “Ver al elefante” ya había sido un término del argot de la Guerra Civil para referirse a enfrentarse a un combate o a desafíos importantes, por lo que el uso del animal por parte de Nast tuvo eco en el público.

Cómo ambos partidos han acogido a estas mascotas

Aunque el trabajo de Nast inicialmente presentó los símbolos de ambos partidos bajo una luz crítica —retratando al burro de los demócratas como testarudo y al elefante de los republicanos como torpe y fácil de manejar— estos íconos se han convertido en símbolos preciados para sus respectivos partidos.

Considerando lo mal que aparecen ambos animales en las caricaturas originales de Nast, es interesante ver que ambos partidos políticos estadounidenses principales han adoptado a sus mascotas.

De hecho, el burro y el elefante de Nast ahora adornan pins, carteles y productos en manifestaciones y convenciones en todo el país, encarnando la autoconciencia con la que ambos partidos han llegado a celebrar sus identidades.

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Con aportes de agencias.

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