
China ha anunciado que, a partir del 10 de abril, incrementará del 34% al 84% los aranceles sobre productos importados desde Estados Unidos. Esta medida es una respuesta directa al aumento adicional del 50% en los aranceles que el presidente Donald Trump impuso recientemente a los bienes chinos, elevando el total de tasas al 104%.
Contexto de la disputa arancelaria
La relación comercial entre Estados Unidos y China ha estado marcada por una serie de disputas y represalias en los últimos años. El presidente Trump ha adoptado una postura proteccionista, argumentando que las prácticas comerciales de China son desleales y perjudican a la economía estadounidense. Como resultado, su administración ha implementado múltiples rondas de aranceles sobre productos chinos, buscando forzar cambios en las políticas económicas del gigante asiático.
Por su parte, China ha respondido de manera proporcional a cada medida adoptada por Estados Unidos, defendiendo su derecho a proteger sus intereses y mantener la equidad en el comercio internacional. La reciente decisión de aumentar los aranceles al 84% es una muestra más de la determinación de Pekín de no ceder ante las presiones de Washington.
Impacto en los mercados financieros
La intensificación de la guerra comercial ha tenido repercusiones inmediatas en los mercados financieros globales. Las bolsas de Estados Unidos, Reino Unido y Europa experimentaron caídas significativas tras el anuncio de los nuevos aranceles. El índice alemán DAX, por ejemplo, cayó un 3,8%, mientras que el Dow Jones estadounidense descendió un 0,7%. En Asia, los mercados también sufrieron pérdidas, aunque los índices chinos mostraron cierta resistencia debido a intervenciones internas.
Además, el precio del petróleo ha disminuido por quinto día consecutivo, alcanzando niveles no vistos desde febrero de 2021. Esta tendencia refleja los temores de una reducción en la demanda global de energía como consecuencia de las tensiones comerciales y la posible desaceleración económica que podrían provocar.
Reacciones de los líderes y posibles consecuencias
El presidente Trump ha defendido su estrategia proteccionista, instando a las empresas a trasladar su producción a Estados Unidos y destacando la ausencia de retrasos regulatorios y aranceles dentro del país. Sin embargo, críticos de su administración advierten que estas medidas podrían conducir a un aumento de la inflación y causar daños a largo plazo en la economía estadounidense.
Por su parte, el Ministerio de Comercio chino ha calificado las acciones de Estados Unidos como una violación de los derechos legítimos de China y una amenaza al sistema multilateral de comercio. Pekín ha instado a Washington a corregir sus políticas unilaterales y a buscar resolver las disputas mediante el diálogo y el respeto mutuo.
La Unión Europea también ha expresado su preocupación por la escalada de tensiones y ha instado a ambas partes a desescalar el conflicto. Sin embargo, la UE se encuentra en una posición delicada, ya que también ha sido objeto de aranceles por parte de la administración Trump, lo que ha generado fricciones adicionales en el comercio internacional.