
Acusaciones contra Washington y respuesta de China
El gobierno chino acusó a Washington de violar normas internacionales e hizo un llamado a la Unión Europea para enfrentar conjuntamente el unilateralismo estadounidense en materia comercial. Pekín enfatizó que estas acciones afectan la estabilidad del comercio global y advirtió sobre represalias adicionales si EE.UU. continúa con restricciones económicas.
“La imposición por parte de Estados Unidos de aranceles anormalmente altos a China viola de forma grave las normas comerciales internacionales, las leyes económicas básicas y el sentido común”, afirmó la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado de Pekín en un comunicado difundido por el Ministerio de Finanzas.
Por su parte, la Casa Blanca ha defendido su postura, asegurando que los aranceles buscan proteger a las empresas estadounidenses de lo que califican como “prácticas desleales” por parte de China, como el subsidio estatal a industrias estratégicas y la manipulación del yuan.
Entrada en vigor y sectores más afectados
El nuevo gravamen entrará en vigor el sábado y se espera que tenga un impacto significativo en múltiples industrias, especialmente en:
- Tecnología: Componentes electrónicos y dispositivos fabricados en China enfrentarán mayores costos en EE.UU., afectando a empresas como Apple y Tesla.
- Automotriz: Fabricantes estadounidenses que exportan a China podrían ver reducidas sus ventas por el encarecimiento de los vehículos.
- Agrícola: El sector agrícola de EE.UU., dependiente de las exportaciones a China, sufrirá pérdidas por el aumento de costos en productos como soya y maíz.
La escalada de tensiones comerciales genera preocupación en los mercados globales, ya que podría impactar el crecimiento económico y aumentar la volatilidad en las bolsas internacionales.
Perspectivas y posibles negociaciones
Analistas internacionales consideran que esta nueva fase de la guerra comercial podría derivar en negociaciones forzadas entre ambas naciones. Algunos expertos creen que China podría recurrir a nuevas medidas de represalia, como la restricción de exportación de tierras raras, materiales esenciales para la producción de dispositivos electrónicos en EE.UU.
Mientras tanto, los países de la Unión Europea observan con cautela la situación, ya que un deterioro en las relaciones comerciales entre ambas potencias podría afectar indirectamente sus economías.