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En el sur de Brasil, una pequeña ciudad costera está haciendo historia. Con solo 139 mil habitantes, Balneario Camboriú se ha convertido en un símbolo de progreso y lujo, ganándose el apodo de la “Dubái brasileña”.
¿La razón? Hoy alberga siete de los diez rascacielos más altos del país, incluyendo el One Tower, el edificio residencial más alto de América Latina, con 290 metros de altura y 80 pisos.
¿A qué se debe el éxito de Balneario Camboriú?
La transformación comenzó hace más de una década, cuando la idea de construir rascacielos en Brasil aún parecía lejana. Stéphane Domeneghini, ingeniera civil y directora de FG Talls, lideró este ambicioso proyecto.
“Muchos pensaban que era una locura, algo que estaba fuera de nuestras capacidades”, recordó Stéphane Domeneghini. Para lograrlo, apostó por la tecnología internacional y diseños inspirados en Nueva York, adaptados a una ciudad junto al mar.
Uno de los mayores retos fue enfrentar los fuertes vientos del litoral. “Descubrir cómo controlar el movimiento de los edificios para que las personas no lo notaran fue todo un desafío”, explicó Domeneghini, quien ya ha levantado más de 20 rascacielos.
Este boom vertical ha cambiado por completo la ciudad. Hoy, Balneario Camboriú tiene el metro cuadrado más caro de Brasil y figura entre las cinco ciudades con mejor índice de desarrollo humano según la ONU.
“En los últimos años llegaron muchos empresarios. Antes era una ciudad pequeña, ahora crece hacia arriba”, comentó Angela María Graciola, empresaria local.
Pero no todo es construcción y desarrollo. Balneario también es sinónimo de turismo de lujo. La seguridad permite que la ostentación se viva a plena vista: autos de alta gama circulan por las calles, y en algunas tiendas se puede alquilar un Lamborghini o un Porsche por 150 dólares durante 40 minutos, incluso se puede pagar a plazos.
“Queríamos que más personas pudieran disfrutar ese sueño”, explicó Janaina Mafra, copropietaria de Bóca Mafra Automóveis.
El auge inmobiliario ha llevado a que haya más de 7.000 agentes inmobiliarios en la ciudad. En el centro, es común ver una agencia en cada esquina. Algunos departamentos superan los 3 millones de dólares.
Sin embargo, el rápido crecimiento también trae desafíos. La única fuente de agua de la ciudad, el río Camboriú, enfrenta problemas de contaminación y podría no abastecer a todos en el futuro.
Mientras tanto, los planes siguen siendo ambiciosos. FG Empreendimientos, una de las mayores constructoras de la ciudad, se ha aliado con Cristiano Ronaldo para promocionar un nuevo proyecto: un rascacielos de 500 metros que llevará el nombre de Ayrton Senna.
Sería el quinto más alto del mundo. “Queremos llevar la marca de Balneario Camboriú por el mundo”, dijo Jean Graciola, CEO de la empresa.
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