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El turismo se ha convertido en una piedra angular de la estrategia multimillonaria del príncipe heredero Mohammed bin Salman para diversificar la economía de Arabia Saudita alejándola de la dependencia del petróleo.
Hay una buena razón para ello. Desde que abrió sus fronteras a los turistas de ocio en 2019 —y superó el declive inducido por la pandemia—, el sector turístico de Arabia Saudita se ha disparado.
Turismo, el nuevo ‘petróleo’ de Arabia Saudita
Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el turismo representó un récord del 11,5 por ciento del PIB del reino el año pasado, y el gasto de los visitantes internacionales aumentó casi un 57 por ciento interanual. El turismo podría ser el “nuevo petróleo” de Arabia Saudita, especialmente ahora que el mundo avanza hacia la energía renovable.
En el centro de este impulso turístico se encuentra Asfar, una startup de inversión en turismo respaldada por el fondo soberano de riqueza de Arabia Saudita. La empresa lidera proyectos hoteleros y de entretenimiento en ciudades de segundo nivel en todo el reino.
Se espera que los primeros desarrollos de Asfar estén listos para finales de año en Al Bahah, una región montañosa en el suroeste, y Yanbu, una ciudad portuaria en la costa del Mar Rojo, dijo el director ejecutivo Fahad Bin Mushayt en una entrevista con Bloomberg.
Estos proyectos, junto con otros en casi media docena de zonas menos conocidas, pretenden añadir 2.000 habitaciones de hotel y atraer a cinco millones de nuevos turistas para 2030.
El gobierno planea gastar casi un billón de dólares en turismo, con el objetivo de recibir a 150 millones de turistas anualmente para 2030. Las inversiones masivas en entretenimiento, deportes y eventos culturales han ayudado a impulsar este aumento en el gasto turístico, atrayendo tanto a ciudadanos como a visitantes internacionales.
Gran parte de los esfuerzos turísticos del reino se han centrado en Riad, que albergará la Expo Mundial de 2030 y la Copa Mundial de la FIFA de 2034. Sin embargo, el Fondo de Inversión Pública ha encargado a Asfar que promueva los viajes a destinos menos conocidos, animando a los visitantes a ampliar sus viajes más allá de las grandes ciudades.
Cada uno de los proyectos de Asfar costará entre 40 y 107 millones de dólares, y al menos el 30 por ciento de la financiación procederá del sector privado.
Según el ministro de Turismo, Ahmed Al-Khateeb, el sector turístico de Arabia Saudita atrajo aproximadamente 3.800 millones de dólares en inversiones privadas en 2024. El gobierno aspira a atraer hasta 80.000 millones de dólares en capital privado para 2030.
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