El narcotraficante Óscar Camargo Ríos , conocido como alias ‘Pichi’, permanece recluido en una celda de máxima seguridad en la cárcel de Cómbita , Boyacá, tras protagonizar una fuga de prisión domiciliaria en diciembre. El Inpec ha reforzado los controles para evitar un nuevo escape y mitigar cualquier posible acto de corrupción relacionado con su estadía. Según el coronel Daniel Gutiérrez , director del Inpec, “la prioridad es garantizar que este individuo no tenga contacto alguno con el exterior ni con redes criminales”.
En un video reciente se puede observar al llamado ‘Pablo Escobar’ de Bucaramanga en su celda, que cuenta con un camarote, una mesa y un espacio para productos de aseo. “Alias Pichi está completamente aislado y sujeto a requisas constantes”, añadió Gutiérrez. Estas medidas buscan evitar cualquier incidente que ponga en riesgo la seguridad de la prisión, conocida por su alto nivel de control.
La recaptura de alias ‘Pichi’ ocurrió después de que escapara de una lujosa vivienda en Medellín , donde cumplía prisión domiciliaria. Según las investigaciones, su decisión de fugarse surgió tras recibir una llamada de un abogado que le informó sobre una orden judicial para trasladarlo a prisión. “No fue una fuga planeada. Fue una decisión repentina motivada por el temor de regresar a una cárcel”, explicó un integrante de la Dirección de Investigación Criminal.
El caso de alias ‘Pichi’ generó una fuerte crítica pública debido a que, a pesar de su peligrosidad, disfrutaba de beneficios judiciales que le permitieron permanecer en libertad bajo medidas que resultaron insuficientes. El narcotraficante había utilizado su influencia para mantener un bajo perfil en la prisión domiciliaria, pero su fuga evidenció debilidades en el sistema penitenciario.
Actualmente, las autoridades han asegurado que alias ‘Pichi’ no podrá replicar su influencia en Cómbita. “Estamos haciendo todo lo necesario para desconectarlo del crimen organizado y garantizar que cumpla su condena sin privilegios”, declaró Gutiérrez. Las estrictas medidas en su reclusión incluyen requisas frecuentes y monitoreo permanente de sus actividades dentro de la prisión.
El caso de alias ‘Pichi’ no solo subraya la necesidad de endurecer los controles sobre los reclusos de alta peligrosidad, sino que también ha reabierto el debate sobre el manejo de las medidas judiciales en casos de narcotráfico. La opinión pública ha exigido que este tipo de criminales enfrente penas más estrictas y bajo condiciones que impidan cualquier tipo de fuga o privilegio.