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Intel ha anunciado el despido de más de 2.000 empleados en varias ubicaciones de Estados Unidos como parte de un plan de reestructuración más amplio destinado a reducir 10.000 millones de dólares en costes para 2025.
La reducción de la plantilla, confirmada el 17 de octubre, pone de relieve la lucha del gigante tecnológico por mantener su relevancia en el mercado mientras se enfrenta a una competencia cada vez mayor de los procesadores basados en ARM y los avances de NVIDIA en tecnología de inteligencia artificial.
Intel toma medidas drásticas en pro de sus finanzas
Los despidos afectan a 1.300 empleados en Oregón, 385 en Arizona y 319 en California, y se prevén 251 recortes de empleo adicionales en Austin, Texas, según un documento de Notificación de Ajuste y Reentrenamiento de Trabajadores (WARN, por sus siglas en inglés). Las notificaciones WARN exigen que las empresas notifiquen con antelación los despidos masivos, lo que pone de relieve la escala de la reducción de la fuerza laboral de Intel.
La decisión de Intel llega en un momento en el que la empresa se enfrenta a importantes obstáculos.
Sus acciones han caído casi un 60 por ciento y la empresa ha tenido dificultades para seguir el ritmo de las tendencias de la industria.
Intel, que en su día fue líder en el mundo de los semiconductores, ahora se encuentra luchando contra rivales como ARM, cuyos procesadores de bajo consumo energético están ganando terreno, y NVIDIA, que domina los sectores de la inteligencia artificial y el procesamiento de gráficos.
El director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, describió los despidos como un paso necesario en los esfuerzos de recuperación de la empresa y enfatizó que se requieren decisiones difíciles para reposicionar a Intel para el éxito futuro.
Esta última ronda de recortes de empleo sigue a las reducciones de personal anunciadas anteriormente en 2023 como parte de una estrategia de reducción de costos en varias fases.
Reacciones de los empleados e implicaciones más amplias
Los despidos han provocado diversas reacciones, y muchos empleados afectados han recurrido a las redes sociales para expresar sus inquietudes o buscar nuevas oportunidades laborales. Algunas discusiones en línea han vinculado la reducción de la fuerza laboral con una dinámica política más amplia antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, mientras que otros la ven como un síntoma de los desafíos internos de Intel.
Esta reestructuración pone de relieve la lucha continua de Intel por mantenerse competitivo en un contexto en el que el panorama tecnológico se orienta rápidamente hacia la IA y los chipsets personalizados. Los diseños de ARM que ahorran energía son cada vez más populares, mientras que el progreso de NVIDIA en materia de IA y computación de alto rendimiento sigue elevando el nivel.
La lucha de Intel por la relevancia
Estos despidos marcan un momento crítico en la transformación de Intel, ya que la empresa trabaja para estabilizar su posición en una industria que cambia rápidamente. La estrategia de reducción de costos está diseñada para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la empresa, pero el camino por delante sigue siendo incierto.
Intel apuesta a que estas medidas le darán el margen de maniobra necesario para adaptarse a la creciente demanda de inteligencia artificial y procesadores personalizados. Sin embargo, con una dura competencia tanto de los actores establecidos como de los emergentes, Intel se enfrenta a un duro desafío para recuperar su antiguo liderazgo en el espacio de los semiconductores.
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