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Los líderes de China, encabezados por el presidente Xi Jinping, han reconocido que la economía del país enfrenta “nuevos problemas” que están afectando su rendimiento. En un esfuerzo por mitigar la situación, el gobierno chino ha implementado una serie de medidas destinadas a revitalizar el crecimiento, con especial atención al sector inmobiliario, un ámbito que ha mostrado señales de estancamiento en los últimos meses.
A pesar de estos esfuerzos, los analistas advierten que las medidas actuales pueden no ser suficientes para que la economía alcance su ambicioso objetivo de crecimiento del cinco por ciento para 2024.
Problemas en el sector inmobiliario y soluciones propuestas
El jueves, durante una reunión del Politburó del Partido Comunista, Xi Jinping destacó la necesidad de abordar de manera inmediata las dificultades que enfrenta el país.
Esta cumbre económica subrayó la importancia de «mejorar la eficacia de las políticas» para enfrentar los desafíos actuales, centrándose en la reducción de las tasas de interés hipotecarias y la flexibilización de las políticas de compra de viviendas.
Uno de los principales problemas que enfrenta la economía china radica en su debilitado sector inmobiliario, un pilar clave que, hasta hace poco, había sido un motor de crecimiento para el país.
El gobierno de Xi Jinping ha prometido ajustar las restricciones impuestas a la compra de viviendas y reducir las tasas de interés de los préstamos hipotecarios existentes. Además, se planea construir un «nuevo modelo de desarrollo inmobiliario» con el objetivo de estabilizar este mercado, lo que a su vez podría aliviar las tensiones económicas.
Estas medidas buscan restaurar la confianza de los ciudadanos y empresarios chinos, quienes se han mostrado preocupados por la creciente crisis en el sector inmobiliario.
El compromiso de Beijing con la mejora del mercado inmobiliario también tiene como objetivo responder a las preocupaciones de la población, especialmente en un momento en que el desempleo juvenil alcanzó un récord del 18,8 % en agosto de este año, el nivel más alto en lo que va de 2024.
¿Es suficiente el estímulo económico?
A la par de las reformas en el sector inmobiliario, el gobierno chino también está considerando una inyección de más de 140.000 millones de dólares en los bancos estatales del país. Esta sería la primera gran infusión de capital desde la crisis financiera mundial de 2008 y se implementaría principalmente a través de la emisión de «nuevos bonos soberanos especiales».
La intención detrás de este movimiento es otorgar a los bancos más margen para prestar a las empresas y facilitar la financiación necesaria para la reactivación económica.
El desafío para Xi Jinping y el Politburó radica en encontrar un equilibrio entre el estímulo económico y la sostenibilidad financiera a largo plazo. Aunque las políticas anunciadas han sido bien recibidas en los mercados de Shanghai y Hong Kong, el futuro de la economía china dependerá de la rapidez con la que se implementen estas medidas y del impacto que tengan en la confianza de los consumidores y en la estabilidad del mercado inmobiliario.
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