La guerra en Ucrania sigue cobrando factura a combatientes de diversas nacionalidades. Esta vez, un colombiano ha sido sentenciado en ausencia por la justicia de la autoproclamada República Popular de Donetsk. Se trata de Luis Alberto Cerón Cabezas, un exmilitar de 33 años, quien se unió como mercenario al bando ucraniano y ahora enfrenta una pena de 14 años de prisión.
Un francotirador colombiano en el conflicto ucraniano
Según información de la fiscalía de Donetsk, Cerón Cabezas llegó a Ucrania en agosto de 2023 y luchó en el batallón internacional hasta enero de 2025. Su formación militar se remonta a su paso por las Fuerzas Armadas de Colombia, donde sirvió entre 2010 y 2012 como francotirador. Su experiencia en combate lo convirtió en un activo valioso para las tropas ucranianas.
Por sus servicios como mercenario, se estima que recibió un pago de 1,6 millones de rublos, equivalentes a aproximadamente 18.900 dólares. A la tasa de cambio del 21 de marzo de 2025, esto representa más de 78 millones de pesos colombianos.
La sentencia fue emitida sin la presencia del acusado, basándose en pruebas como una autobiografía escrita por el propio Cerón, en la que detalló su reclutamiento y participación en el conflicto. Según este documento, recibió instrucción en un centro de entrenamiento ubicado en Ternópil, una región del oeste de Ucrania.
Otros colombianos en la guerra de Ucrania
El caso de Luis Alberto Cerón Cabezas no es el único. En enero de 2025, otro colombiano fue detenido en la región de Kursk, Rusia, mientras combatía junto a las tropas ucranianas. Además, en agosto de 2024, dos compatriotas más, José Aarón Medina Aranda y Alexander Ante, fueron arrestados en Venezuela cuando intentaban regresar a Colombia.
Colombia ha sido identificada como uno de los países con mayor cantidad de exmilitares que han decidido ofrecer sus servicios en conflictos internacionales, aprovechando su formación en el Ejército Nacional. Muchos de ellos, impulsados por razones económicas, han encontrado en la guerra una forma de ingresos que supera lo que podrían obtener en empleos convencionales en su país de origen.
«Es como estar en una película»: el testimonio de un mercenario
Antes de su captura, Luis Alberto Cerón concedió una entrevista a la revista Semana en febrero de 2024. En ella, describió la crudeza del conflicto en Ucrania, comparándolo con «estar dentro de una película».
«Uno entra a la trinchera y, a toda hora, se escuchan granadas y balas. Es como una película, pero la estás viviendo tú«, relató. También confesó que su decisión de unirse a la guerra fue motivada por la posibilidad de ganar dinero rápidamente y asegurar un mejor futuro para su familia.
Sin embargo, las condiciones en el campo de batalla lo hicieron cambiar de opinión. Relató que su unidad fue abandonada por el Ejército ucraniano, dejándolos atrapados en pleno combate. Esta situación lo llevó a desertar y buscar refugio en Polonia. «Renunciamos todos a la base porque nos dejaron metidos en el combate. A algunos compañeros les alcanzaron a disparar», afirmó.
Su testimonio también reveló las dantescas escenas que presenció en la guerra, incluyendo la muerte de su primo y de otro combatiente latinoamericano. «Allá no hay amigos, solo sobrevivientes«, puntualizó.
Futuro incierto para los combatientes colombianos
El destino de Luis Alberto Cerón Cabezas ahora está en manos de la diplomacia internacional. Su condena en ausencia por la República Popular de Donetsk, entidad no reconocida por la mayoría de la comunidad internacional, genera incertidumbre sobre si Colombia tomará acción para intervenir en su caso.
Mientras tanto, la participación de colombianos en conflictos extranjeros sigue siendo un tema de preocupación. Las promesas de altos ingresos contrastan con los riesgos de enfrentarse a un escenario letal, donde muchos no logran regresar con vida.
¿Qué medidas podría tomar el gobierno colombiano para evitar que más compatriotas se vean envueltos en este tipo de situaciones?
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